Nacimos en el seno de una familia que nos acogió en este mundo, nuestra familia de origen, con toda la solidez que le imprimió su historia como familia y la trasmisión generacional con la que vinieron, compuesta por valores, legados, lealtades visibles e invisibles, tabúes, secretos y una forma particular de ver la vida.
En la familia de origen aprendemos a ser y sernos con los otros, esto no queda exento de cierta traición a nuestra propia esencia, requiere de una lealtad ciega en nuestra infancia y muchas veces en nuestra vida adulta.