Mis padres decidieron un día que ya no querían seguir juntos; yo no entendía nada, no sabía lo que significaba ni qué iba a suceder a partir de ahora. Me dijeron: “Papá y mamá ya no se quieren”, ¡cómo es posible! pensaba, si yo los quiero a los dos, qué ha pasado, qué he hecho, por qué no podemos seguir como hasta ahora. Me quedé paralizado, no podía decir nada, aún hay una parte de mí que sigue congelada, sólo miraba atónito a mis padres diciéndome algo que parecía ser terrible, parecían nerviosos e inquietos, tensos, apenas se miraban el uno al otro. Tienen muy claro que esto es una guerra sin posibilidad de paz en la que el territorio a conquistar soy yo. Apenas se hablan. Ya no vamos juntos como antes,pero tengo todos los juguetes que tienen mis amigos, me compran todo lo que pido.
Hoy he pasado un día estupendo con papá, me ha llevado al parque, antes nunca tenía tiempo, me ha comprado chuches y un helado, hemos ido al cine, me pregunta cómo he pasado la semana, si viene alguien a casa. A mamá no le puedo contar que lo he pasado bien con papá, aunque me pregunta qué hemos hecho, si hemos estado solos y dice “qué bien”, se pone triste y preocupada, creo tiene miedo de que no quiera estar con ella. Mamá me ha hablado de lo que vamos a hacer el fin de semana y me ha preparado mi cena preferida. Estoy triste, tengo ganas de volver a ver a papá, también estoy muy contenta de estar con mamá y dormir en mi habitación.
Ésta podría ser una historia de tantas (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia), hay múltiples situaciones y circunstancias, pero sí quiero llamar la atención sobre esto que dicen los papás: “ no, si no se entera” “está en lo suyo”, “lo lleva muy bien”, “todo ha ido muy bien, pero ahora no sé qué le pasa” “no quiero que su padre/madre se entere”.
Os recuerdo que en el niño pequeño la capacidad cognitiva, es decir, el pensamiento y procesamiento de la información no es como en el adulto, su percepción del tiempo y el espacio no es igual que la nuestra. Sin embargo, por tener menos defensas, su organismo es más sensible, capta y percibe mucho más que un adulto. Siente más pero procesa a su manera, no tiene palabras que nombren lo que sucede. Se siente el centro del mundo y por tanto culpable de todo lo que sucede.
Los hijos de padres separados suelen madurar antes, a menudo se les explica lo que sucede, cosa que no hacen las parejas que viven juntas como si, haciendo lo contrario de lo que dicen. El inconsciente está estructurado como un lenguaje y si no hay palabras se expresa a través del cuerpo. Claro que al niño le afecta que sus padres se separen, le afecta todo lo que le rodea, pero está preparado para eso y más. Necesita palabras que le ayuden a entender, ser escuchado aunque esto no significa tener inmediatamente lo que pide, explicaciones que favorezcan su autonomía responsable para que pueda ir haciéndose cargo de sí mismo y no le hagan convertirse en cuidador de papá o mamá. Necesita saber que no se arrepienten de su nacimiento y no se van a desprender de él como de la pareja. Que el ex sea respetado por el padre/madre porque un día fué querido. Puede aceptar, necesita, un padre/madre que no lo puede todo, que siente, sufre y disfruta, se equivoca y es humano, pero es coherente con lo que dice y hace, sirviéndole de modelo adulto que se hace cargo de su nueva situación de forma responsable.